La prisión termina, la prisión malvada,
pero continúa la prisión del alma...
Silvio
Rodriguez, La Prisión.
Sujetos a los
instintos, sujetos a la cultura.
De
variadas formas, los seres vivos intervienen y se relacionan con su medio
ambiente. Ciertas especies, basadas en una estructura biológica más compleja
que otras, van un paso más allá en estas relaciones con su medio natural y
pueden modificarlo. Construir un nido para preservar la cría es una tarea
habitual en las aves, instancia que las
lleva a explorar lejanos territorios en busca de diferentes recursos que les
sirvan para materializar su labor de ingeniería.
Así, la presencia de cada ser en su hábitat, de una u otra manera, va dejando testimonio
de su existencia a través de algo nuevo, elaborado, creado, que antes allí no
estaba.
Siguiendo
este patrón de observaciones, los seres humanos destacan en esa actividad. Desde una mirada
psico-metafísica podría interpretarse que, como única especie dotada de
registro de su propia conciencia, el destino mortal, la finitud de los seres
humanos es algo que cuesta mucho asimilar y la búsqueda de permanencia de la
vida humana a través de infinitos escenarios se ha convertido en una habilidad
que profundiza cada generación.
La
arquitectura desde tiempos remotos, la escritura y mucho más tarde la imprenta,
la fotografía, los medios de comunicación, crecientemente tecnologizados en los
dos últimos siglos, que han atesorado toneladas de material de “archivo”, hasta
los propios cuerpos tatuados de los individuos, práctica que si bien es
milenaria, en cada época histórica se resignifica y sigue desarrollándose, es
decir, todas expresiones que hoy se incluyen dentro del término “cultura”, son variaciones de un mismo
apego a la vida, en su vivir como en testimoniar haber vivido.
Lo tuyo es mío y lo mío es mío.
Durante
el desarrollo de la humanidad, entre expansiones y colonizaciones, todo buen
conquistador podía preciarse de serlo en tanto destruyera los testimonios
materiales de la cultura invadida, en virtud de interrumpir su proceso,
invisibilizarlo, para dejar así un único modelo cultural a imponer y preservar,
el invasor. Desde la expansión de los imperios antiguos, orientales y
occidentales, hasta los días presentes, las civilizaciones han visto surgir y
destruir diversidad de expresiones de grupos humanos. De la destrucción de la
biblioteca de Alejandría, al bombardeo a Dresden, o de las numerosas campañas
al desierto o al lejano oeste a todo lo largo de las Américas, pasando por las
planificaciones de revisión histórica en todas las épocas, violenta o estratégicamente
como las sugerencias de Maquiavelo en “El Príncipe”, esa necesidad de preservar
un testimonio identitario en unos, se ha enfrentado a la necesidad de
destruirlo en otros. Esta ecuación pone en evidencia relaciones de poder entre
distintos sectores y los ejemplos presentados en este párrafo dan cuenta de que
ese Poder se expresa mediante la violencia de un grupo sobre otro, se ejerce
explícitamente, como en una guerra, o, habiendo hablado de “cultura”, simbólicamente,
a través de metodologías en apariencia no violentas.
Violencia es mentir.
Al
hablar de violencia simbólica se presupone la imposición, el control, de un
grupo sobre otro, sin que medie la fuerza física. Pero este mecanismo no es
exclusivo de lo colectivo. El cachorro humano, al nacer, se caracteriza por su
indefensión, su dependencia de un Otro que, además de ocuparse de preservar su
vida, dé sentido a cada cosa que irá descubriendo y con la que se irá
relacionando. Esa significación es producto de una “violencia”: la madre
decodifica a su criterio cada movimiento, gesto, actitud del bebé, le impone el
significado que ella conoce y no hay posibilidad de oponerse a ella.
La
sociedad tomará este modelo de vínculo para seguir su desarrollo. De hecho, el
Estado recrea la relación de Poder bebé/madre a través de la vinculación con
sus ciudadanos: él es quien se ocupa de cuidarlos, les impone las normas que son inapelables y se
reserva el privilegio de ejercer la violencia implícita o explícita a través de
las instituciones. Así, el niño se proyecta de sus vinculaciones familiares a
la institución escolar, en donde seguirá reforzándose la idea de su indefensión
reproduciendo las relaciones originarias, y así sucesivamente en un camino
espiralado de inter-relaciones sociales se incorporará como sujeto adulto a esta
trama de vínculos de Poder, en donde se irá posicionando de acuerdo a las
circunstancias contextuales en un polo o en el otro: detentando el Poder unas
veces, padeciéndolo otras.
Instituciones: el circuito de la violencia.
Las
instituciones promueven y garantizan la sujeción de cada individuo a esta red
de vínculos. En el devenir histórico, cada una de ellas ha debido adaptarse
para cumplir esta función. Fronteras
adentro o fronteras afuera, policía y milicia, ley y justicia, educación y
religión, etc., fueron modificando su
estructura interna para satisfacer esta necesidad de control y la separación de
quien no se adapte, acepte o sojuzgue a él.
El destierro,
el castigo físico, el apartamiento, la segregación y hasta la muerte han sido y son los
mecanismos elegidos por las sociedades para preservarse de cualquier
perturbación al estado de orden. En el devenir histórico, la institución carcelaria
se especializó en la ejecución de esta tarea.
De estas
reflexiones, los conceptos memoria-identidad, indefensión-sumisión,
violencia-poder, se identifican como constituyentes de la subjetividad y pueden
hallarse en todo vínculo humano que, a su vez, está inserto en un entramado
mayor de relaciones puestas en juego mediante las instituciones.
Un mapa de
circulación de los sujetos a través de esta trama institucional permite
encontrar a la Escuela como punto de ingreso, desde la que una multiplicidad de
caminos se abren y desarrollan, interceptan, retroceden y avanzan, mientras
otros son expulsados de la ruta principal, se interrumpen o desvían hacia el
vacío sin posibilidad de retorno. Más allá de esta red, abarcándola en virtud
de evitar atajos y rupturas, otra institución intenta dar cierre al circuito: la
Cárcel.
Abril 2012
Imágenes de "El Almafuerte" (Documental)
Argentina, 2009
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